jueves, 15 de enero de 2009

Cuento 5 -Los cuatro manzanos y el nogal.

Dos jóvenes habían viajado cientos de kilometros para emprender una nueva vida, alejada de la sociedad y toda comodidad, sin antes haberse aprovisionado por muchos años, y habiéndose hecho de materiales para construir sus casas.

Después de haber viajado cientos de kilometros, cruzando las montañas, y habiendo llegado a un extenso paraje, fue entonces que decidieron construir sus casas. Con ahínco las construían, y entusiastas cantaban una alegre canción llena de esperanzas de una vida mejor. Una vez terminada sus casas, decidieron entonces cavar un poso que les diera agua, y cerca de este comenzar la plantación que les daría alimentos para sobrevivir cuando las provisiones comenzaran a faltar.

Elliot, planto cerca de su pozo cuatro ricos manzanos, semillas que había encontrado en el camino, mientras que Albert había comprado la mas rica semilla de nogal, de un conocido y famoso lugar.  

Los años pasaron y los árboles crecieron, las provisiones entonces comenzaron a escasear. Más los cinco árboles crecieron en hermosura. Elliot un día al amanecer salio y encontró sus árboles floridos, más el nogal solo crecía verde y fuerte, pero Albert solo observo con esperanzas y sonrió.  

El tiempo paso y los manzanos dieron frutos, redondos y brillantes, más el nogal, solo daba unas flores blancas hermosas que deleitaban la mirada y alentaban los sentimientos de su dueño, más ningún fruto dio por mucho tiempo. Albert se esforzaba a diario, cortaba sus ramas y protegía al árbol de la lluvia he insectos, hasta abandono sus otras cosechas menores para estar siempre observante de lo que le pudiera ocurrir. Su amigo molesto entonces le dijo que lo echara abajo y que comiera de los manzanos que daban en abundancia.  

Entonces Albert se negó, y dijo que solo comería de aquel nogal, y Elliot entonces enfurecido separo sus casas por una cerca y no le volvió a dirigir la palabra. Y así fue.

Albert comenzó a enfermar, el alimento no era suficiente, y entonces busco el refugio en su querido árbol que se meneaba de un lado a otro encantando sus ojos, entonces el joven se tendió ante sus pies y murió a su lado. 

Al otro día Elliot se levanto y vio a su amigo inerte tendido bajo el árbol, entonces lloro por la desgracia de su amigo y decidió enterrarlo bajo su querido nogal. Olvidándolo después de un tiempo.

A los pocos soles entonces, el nogal había cambiado sus flores hiptonicas y blancas, por pequeñas esferas doradas, Elliot las miro y probo de aquel fruto, el cual fue un manjar a su paladar. Entonces comprendió que sólo el sacrificio podía crear cosas tan preciosas, y el árbol fue conocido y amado por generaciones de personas, más nadie nunca recordó ni menciono a aquel que lo planto.


1 comentario:

  1. Si todos estos cuentos son para mi :D!
    fui una necia por no haberlos valorado tanto antes.

    insisto que le pega mil patas a los hermanos grimm XD
    :D te quiero te adoroooooo
    un beso :D chaus

    ResponderEliminar